Himno de Riego interpretado por la Orquesta Internacional de Praga
Un 14 de abril de 1931 España sale del túnel en el que se encontraba desde hacía tanto tiempo. El propósito claro y urgente de los legisladores republicanos fue modernizar la realidad económica, social, política y cultural española. Para ello se elaboró una Constitución para la mayoría social, es decir; para el pueblo.
La Constitución supuso un gran avance en lo referente al reconocimiento y defensa de los Derechos Humanos y en la organización democrática del Estado. La Constitución, aprobada en diciembre de 1931, y su posterior desarrollo normativo, reflejó las ideas de:
Soberanía popular: el Estado Español es una «República democrática de trabajadores de toda clase».
Sufragio universal: las mujeres, por primera vez en la historia de España, tienen el derecho de voto.
Derechos civiles: divorcio, equiparación hijos legítimos e ilegítimos.
Reformas laborales: Ley de Contratos de Trabajo, Convenios colectivos, funciones de los sindicatos, derecho de huelga, Jurados Mixtos. Se establece por primera vez el derecho a vacaciones pagadas (7 días al año).
Reforma educativa: basada en el Derecho a la Educación; enseñanza mixta, la religión deja de ser asignatura obligatoria, modernización de la Universidad y ampliación de los centros, bibliotecas ambulantes, construcción de escuelas primarias estatales (más de un millón y medio de niños sin escolarizar), creación de las Misiones Pedagógicas.
Reforma militar: Ley de Reclutamiento y Ascensos de la Oficialidad (con baremos en los que no sólo prima la antigüedad, sino también la capacitación profesional), todos los aspirantes a oficial deben estudiar un determinado número de horas a nivel universitario, se reduce el excesivo número de jefes y oficiales, para garantizar la fidelidad del Ejército a la República se exigió el juramento de fidelidad, pudiendo optar (los que se negaran a ello) al retiro voluntario con paga completa.
Reforma agraria: La Ley establecía la expropiación con indemnización de las grandes fincas que no fuesen cultivadas directamente por sus dueños, así como las no cultivadas y las de regadío no regadas, para ser repartidas entre familias de campesinos o entre colectividades de agricultores. Se crea un Instituto (IRA) que regula el proceso, esta medida dio trabajo a miles de familias, cuyos miembros se encontraban en paro.
La religión: se establece un estado laico; separación de la Iglesia y el Estado, desapareció el presupuesto de culto y clero, libertad de conciencia y cultos, los cementerios pasan a ser propiedad de los ayuntamientos.
Todas estas medidas, y algunas otras, sitúan a España en un país de vanguardia a nivel mundial. El resultado fue un nuevo siglo de Oro; los intelectuales y artistas se posicionaron con la República; Antonio Machado, Rafael Alberti, Federico García Lorca, Luis Cernuda, Vicente Aleixandre, Pedro Salinas, Jorge Guillén, Gerardo Diego, Miguel Hernández, Ramón J. Sénder, Pablo Picasso, Pablo Casals, Margarita Xirgu, Gregorio Marañón, María Zambrano, Maria Teresa León, Max Aub, Victoria Kent, Clara Campoamor, Margarita Nelken, Zenobia Camprubi, María de Maeztu, Claudio Sánchez-Albornoz y tantos otros, entre ellos los presidentes Manuel Azaña y Juan Negrín.
Fue la legislación más avanzada de la historia de España, desde muchos países se miraba con admiración estos cambios. Lamentablemente, hoy, 85 años después no estamos a ese nivel. No hemos recuperado ese artículo 67 fundamento de toda democracia: la elección del Jefe del Estado.
Un golpe de Estado acabó con la II República; ironías a su artículo 6º: “España renuncia a la guerra como instrumento de política nacional”.