Francies Cate-Arries, hispanista, catedrática de Hispanic Studies, ha mostrado durante su progresión profesional un continuo y creciente interés por la Guerra Civil española y más concretamente por el arte, la literatura y la experiencia de la II República y el exilio.
Profesora en The College of William & Mary, ha incorporado su conocimiento sobre el Exilio en sus clases y despertando así el interés de muchos de su alumnos por la historia de los refugiados republicanos españoles.
Autora de numerosos artículos y varios libros sobre la Guerra Civil, entre ellos Culturas del exilio español entre las alambradas: Literatura y memoria de los campos de concentración de Francia, 1939-1945, publicado en español 2012.
En México se relacionó con distintas organizaciones de refugiados de la Guerra Civil, una de éstas fue la Asociación de Descendientes del Exilio. Su investigación actualmente se centra en el retorno, la transición, la memoria histórica y el derecho a la ciudadanía.
En la edición castellana del libro mencionado, integró nuevos relatos, conocimientos y amistades. Alguno de estos relatos le llegó a través de la Asociación de Descendientes del Exilio Español, lo cual le permitió mezclar el mundo académico con la dimensión humana. Uno de los momentos de orgullo profesional fue cuando presentó su libro en el Ateneo de Madrid, cuyo público estaba lleno de socios de Descendientes del Exilio Español.
Iniciamos el dialogo con Francie; ¿Cuándo se despertó en ti el interés por la guerra civil española y más concretamente el interés por el exilio republicano?
Yo escribí la tesis doctoral sobre la generación poética del 27 y en concreto sobre la poesía de Manuel Altolaguirre, que era uno de ellos.
Estudie con una profesora en la Universidad de Wisconsin, lituana, gran estudiosa de la poesía española y de Jorge Guillén.
Cuando empecé como doctoranda, uno de los profesores de la Universidad era muy amigo de esta profesora mía que me dirigió la tesis. Se llamaba Antonio Sánchez Barbudo.
(Sánchez Barbudo) era un escritor importante en su momento. Era parte del equipo de escritores intelectuales (de) la guerra civil. Era el periodista que publicaba en Hora de España, revista que se publicaba durante la guerra civil. Él había vivido la guerra y se había exiliado, como tantos republicanos, en los EE.UU e hizo la carrera en la universidad de Wisconsin. Le pude conocer, era todo un personaje; para todo el mundo era un mito y ya en los años 60 había publicado libros críticos académicos sobre Lorca, Galdós, Machado. .. Llegó a ser un gran investigador, un crítico importante en EE.UU.
Muchos de los jóvenes hispanistas de EE.UU de la generación anterior a la mía, se formaron con republicanos españoles.
La historia del exilio republicano se conoce mucho mejor por el exilio en México. En Estados Unidos (se exilió) Ramón J. Sender que vivió en California casi toda su vida. Guillén, Salinas, Cernuda, eran profesores de Universidades de EE.UU igual que Sánchez Barbudo. Ese legado intelectual era muy importante en EE.UU
Hice la tesis sobre Altolaguirre pero no sabía nada nada de su etapa del exilio. Hice la tesis y se acabó; terminé con el año 30 en la (etapa de la) guerra y se acabó.
Años después se despertó en mí la inquietud y quise acercarme más a México y como Altolaguirre había estado en México, decidí recoger ese hilo y seguirle la pista. Poco a poco estaba mejor enterada de ese mundo de refugiados en México.
Llegué a conocer Altolaguirre. Mientras escribía la tesis fui a la casa de Concha Méndez, su primera esposa que aún vivía, la gran poetisa. Su hija Paloma Altolaguirre me dio una gran acogida. Yo no era nadie, era una joven que no sabía nada. Y luego me enteré de los campos. Pensé escribir un capítulo sobre ellos y luego seguir con mi libro sobre México y… nunca he salido de los Campos.
¿Por qué? ¿Qué te llamó la atención?
Descubrí un mundo totalmente desconocido. En Francia ya habían publicado libros de historia, pero yo no quería escribir un libro de historia. Yo estudiaba los diarios, el arte gráfico, dibujos, fotos, novelas, obras teatrales, poesía. Eso es lo mío.
Leonor Sarmiento, asturiana, me estaba sacando información de las bibliotecas en México y claro!, ¡Todo (era) primera edición sin reeditar!, ¡nadie conocía nada, nada, nada!
¿En EE.UU?
También en España y también en Francia. Yo recuerdo en París unos colegas que también estaban estudiando el exilio y no había (ningún) libro de este tipo sobre esta literatura. Pero el libro estaba publicado en inglés. Mi sueño era publicarlo en español y por fin pude hacerlo con una editorial en Barcelona.
Me sacaron la edición. Ya para entonces conocía a todo el mundo como a Iron Robison, la fotógrafa, y saque un nuevo capítulo con sus fotos. (Entonces fue cuando) pude revisar el libro y publicarlo en español.
¿Qué crees que sacan tus alumnos del tema de la Guerra Civil? ¿Cómo ven y como tratan los estadounidenses esta parte de la historia europea y más concretamente española?
Ellos, quizás lo que conocen más que nada por un escritor como Hemingway o por escritores estadounidenses que publicaron sobre la Guerra Civil. Conocerán Homenaje a Cataluña de Orwell. Habrán estudiado algo, ¡bien!, ¡es algo!. Cuando traje a España a mis estudiantes en el año 2009 y estuvimos aquí haciendo un recorrido para conocer a veteranos y a españoles que habían vivido en el exilio como María Luisa (Fernández) en Francia, las vivencias (de los exiliados) en México y el regreso luego para luchar por la democracia. No era leerlo en un libro; era una historia que todavía (se vivía) en ese momento y sigue (siendo vivida) pero cada año menos porque la gente que lo vivió en directo ya se está muriendo. Eso fue muy importante para ellos. Los estadounidenses tienen fama de ser muy poco autocríticos. Es más fácil ver (lo sencillo):”Ah Franco un dictador”, “la represión”…A veces hay que entrar en materia, en una sociedad que no es siempre justa, una sociedad que como en el caso de EE.UU es democrática pero con enormes fallos.
Los españoles republicanos crearon una identidad compartida ¿Cómo la ves cuando tú te has acercado a esos exiliados?, ¿qué has encontrado cuando han hecho un grupo y han creado una identidad propia?
Lo que quizás más me llamó la atención cuando empecé a leer lo que los republicanos (habían escrito). Muchos de ellos, literalmente (estaban) recién salidos de las trincheras. Los que estaban encerrados en los campos. Muchísimos de ellos eran soldados. ¡No todos obviamente!, también (había) civiles, mujeres, niños… Los que estaban escribiendo en ese momento 39, 40… (Que fue el libro) que escribí yo: Lo que se producía entre el 39 y el 45.
Lo que estaban ellos documentando eran una serie de valores en los que creían, valores que habían apoyado y por los que habían luchado tres años y ellos todavía estaban con la ilusión de… “Cuando termine esta guerra mundial”. Esta es nuestra guerra y vamos a volver a casa, Estaban escribiendo para que el resto del mundo no se olvidara de ellos (ya) que eran (ellos) los primeros que habían luchado contra el fascismo.
Lo que me llamó muchísimo (la atención) en todos los escritos que estaba examinando era un discurso democrático, un discurso de valores de igualdad, de justicia, de los derechos de la mujer… ¡y claro!, si uno luego estudia (mas)…, yo estoy fascinada con las misiones pedagógicas de la República. Tengo un libro precioso, es un facsímil del año 32 que se llama El niño republicano. Es un libro de texto para niños republicanos y para sus padres que no están seguros en el año 32 (de) que es una república y si lees ese librito, (ves que) están intentando inculcarles cuales son nuestros valores como ciudadanos demócratas. El discurso es hermosísimo, (se ha producido un) documental (en) 2006 (que) se llama Misiones pedagógicas. Es una entrevista con los mayores que entonces eran estudiantes universitarios. Eso también atrae mucho a mis estudiantes porque en EE.UU existe una cultura desde hace décadas de servir a la comunidad y sobre todo a la comunidad universitaria.
Cuando les enseñas sobre la República, (y ven) esa ilusión: Los jóvenes republicanos en el año 32 (que) tenían unos 21 años en las misiones pedagógicas… Mis estudiantes se identifican muchísimo porque (es) lo están haciendo ahora (ellos) en la Universidad y no pueden creer que ya en España, en esos años, existía esa iniciativa. Esto quizás más que nada es lo que me llamó la atención con lo que dices de esa identidad colectiva. ¡Era eso y se definían así!, porque (era lo que) estaban intentando.
Cuando comentamos que la formación que reciben los jóvenes hoy en día depende en gran parte de la formación cultural ideológica y política que reciben en casa. ¡Que les vas a decir a esas familias exiliadas!,¡ claro!, inculcarles esos valores y no estoy hablando de 20 años después; en el 39 nadie sabe el fin de la historia, ahora ya sabemos todo como termina la historia.
Relacionas lo que define “El juego del escondite” en la película El balcón Vacío (1962) en reseña en Exiliados Cosmopolitas del mundo hispánico, con la experiencia del exiliado que oculta una memoria traumática de la experiencia del exilio. Podrías explicarnos ¿cómo ves este esfuerzo del exiliado por enfrentarse a la memoria y el recuerdo?
¿Quieres decir en el momento? Como habría sido la experiencia de los republicanos las vivencias de la experiencia de esta protagonista de esta niña…¿Cómo lo que habría sido su vivencia?
Yo entiendo que lo amplias un poco a la memoria del exilio… como la experiencia de la memoria de estos republicanos que están fuera… Si no corrígeme
Entrevisté a varios de los escritores en el año 2003 en México. (Uno de ellos) el mismo Eulalio Ferrer que luego se hizo multimillonario en México celebró sus 18 cumpleaños en un campo de concentración en Francia y estuvo 15 meses en varios campos diferentes.
Luis Suarez, periodista, estuvo en campos de concentración en Francia. Hizo una carrera brillante como periodista. Su labor ética fue su impulso.
Lo que yo veo desde fuera y todo basado, más que nada, en lo que he leído porque era difícil tener entrevistas con los que lo habían vivido directamente como Luis Suarez y Olalio Perez; pero lo mío es (más bien) haber leído los documentos que habían escrito en el momento…. Es (un intento), durante tantas décadas del franquismo y desde lejos, de mantener viva la llama de la democracia, no solo por sus hijos, en la familia, en el hogar, para educarles con el espíritu de democracia ….sino también poder aportar (el apoyo a sus ideas) en el momento que muriera Franco. Por eso me interesó también mucho lo que hicieron cuando volvieron; volvieron como activistas, volvieron con una identidad política, no como seres fuera del fluir de la historia como, “¡ay!,¡ los que perdimos la guerra!”, no, no, seguían como seres con agenda política, con una identidad dinámica de hoy en día y no con nostalgia.
Hay cuentos de Max Aub en los que todavía estamos reviviendo la batalla del Ebro, pero quedaban en pie como agentes de la historia que no estaban nostálgicos por los buenos tiempos de la República sino (que clamaban): ¡mira!, nosotros representamos una forma de pensar porque tenemos la suerte de que libremente podemos, en México, en Francia, en otros lugares de declararnos como ciudadanos demócratas y en España no y por ello colaboraban con los jóvenes de España que llegaban a los campamentos. Seguían con un activismo….eso es lo que me interesa de esa comunidad y no en términos del anacronismo del que vive fuera y vuelve.
Vuelven ellos o sus hijos; los niños de la guerra o los que nacen fuera de España, han vuelto muchos y muchos forman parte de la asociación Descendientes del Exilio y yo os veo, os conocí, como una asociación con un perfil activista.
Te has sumergido en las biografías de numerosos literatos e intelectuales exiliados, ¿Qué biografía te ha impactado más?
Mmmm ….una biografía de intelectuales
Hablando, claro, de este grupo de estos intelectuales de la República
¡Ah! ¡Qué buena pregunta!. Yo siempre he estado buscando los que hacían referencia a los campos porque en ese momento me limitaba a ese ámbito y muchas veces, los más privilegiados, la élite, no pasaron mucho tiempo en los campos. Quizás sorprenda pero recuerdo una biografía que me llamó la atención: las memorias del general Vicente Rojo, era una obra del 39. No estaba interesada por las reflexiones de años después sino (en) las que se redactaron en ese momento, cuando la guerra civil había acabado hacía un mes.
Lo que también me impresionó es que él no estuvo en el campo de concentración pero estaba sufriendo y escribiendo mucho por la cantidad de jóvenes republicanos, soldados suyos, miles y miles de ellos que estaban en los campos. Ver estas reflexiones muy tempranas cuando la derrota era tan fresca y ver al mismo tiempo, y esto es muy parecido entre las biografías y figuras históricas y de escritores más conocidos y escritores anónimos dentro de los campos, la ilusión de que no hemos perdido, hemos perdido esa batalla que se llamaba la Guerra Civil Española pero ya ha empezado la Guerra Mundial y formamos parte de esta segunda fase y seguro que cuando termine todo volvemos a nuestra patria. Una ilusión que luego no (pudo ser).
Desde fuera de la cultura española, cuando echa un vistazo a la tragedia española del exilio ¿Qué adjetivo crees que la define mejor?
Recuerdo cuando estuve en el Ateneo de México con Leonor Sarmiento, una refugiada que estuvo en Francia hasta los años cuarenta y luego se refugió en México. Siempre que estaba con ella tenía sobre la mesa una revista que se publica por las Naciones Unidas sobre los refugiados internacionales. Donde hubiera la crisis que fuese, los campamentos de refugiados en todo el mundo (eran lo mismo). ¡(Es una situación) que no conoce fin, que sigue y sigue! Es la misma tragedia. ¡Lo que les pasó a los españoles republicanos y la crisis de los campos de concentración en Francia cuántas veces se ha repetido!. Cuando en el año pasado, en New Jersey, me invitaron a que hablara sobre los campos de concentración para refugiados españoles. Yo preparé un power point con imágenes en paralelo: una imagen iconoclasta de la retirada republicana con una imagen igual, idéntica, la misma escena, la misma madre, la misma postura, pero de Siria, otra y otra. Así empecé mis comentarios porque las imágenes eran gemelas. Es la misma tragedia, es la misma crisis humanitaria…
He visto que en algún artículo haces referencia a “la autoridad moral” del pueblo republicano. ¿A qué te refieres?
Cuando empezó la segunda guerra mundial muchos de los republicanos, Max Aub entre ellos, pero no era el único y estoy hablando del año 39, estoy hablando del principio de la II Guerra mundial e incluso durante la Guerra Civil, repetían una y otra vez (la situación) de ceguera europea. Lo que había pasado en la Guerra Mundial ya había pasado en España.
(Se había acordado) el pacto de no intervención. (Europa decía:) “esa guerra no es cosa nuestra”, “no tiene nada que ver con nosotros”. (Pero), lo que estaba pasando en España (que era) ver los niños, ver los civiles y los bombardeos en Madrid y Barcelona!, estaba pasando por primera vez en la historia humana y (en aquel momento) solo algunos (países) ayudaron. Entonces, empezó la segunda guerra mundial (y el clamor era:) ¡pero no os lo decíamos! Como una voz moral. Eso es lo que estamos nosotros clamando en el desierto y nadie quería saberlo (cuando nos decíais) no es nuestra guerra.
Esta postura por parte de los españoles como (el) intentar hacer ver al mundo lo que estaba pasando, lo mismo que cuando intentamos que el mundo haga algo (poniendo) los esfuerzos humanitarios (necesarios) para los civiles, los republicanos también estaban clamando por socorro, por ayuda humanitaria, por la lucha contra el fascismo. Pero la respuesta fue no queremos saber nada, no queremos ni ver ni oir…
Y ahora, ¿Cómo ves España hoy, más de 80 años desde el comienzo de la Guerra Civil y 40 años del fin de la dictadura? ¿Qué ves? ¿Qué piensas de cómo se percibe aquella época hoy en día?
Siempre me ha preocupado como a todo amante de la historia. Como extranjera no tengo muy claro cómo se enseña a nivel del Estado español, en términos de la educación, las asignaturas sobre historia contemporánea, la historia de la guerra civil o los 40 años de dictadura. No lo tengo muy claro cómo se imparte a las nuevas generaciones…
Pero tú te manejas muy a menudo con instituciones en España. ¿Cómo ves que reaccionan estas instituciones tanto en España como en Estados Unidos?. ¿A nivel institucional cómo crees que se lleva el tema de la Republica, el tema del Exilio…?
Lo que yo he visto y veo en la actualidad porque estoy ahora investigando las exhumaciones y los testimonios familiares de los fusilados del 36 en la provincia de Cádiz es que hay un gran sector de la sociedad española que (dice)… ¡basta ya! ¡Basta ya!, No queremos saber más!, porqué remover las cenizas del pasado!
Esto me llama la atención pero lo entiendo, no es que no lo entienda. Se ve que hay divisiones ideológicas. La idea de la república… que “para qué”, “eso no, por favor, eso no”, “que es muy divisoria”, “que su leyenda negra”, qué se yo.
Yo he visto que la política contemporánea que puede tener mayor o menor interés o apoyo por instituciones o (también) no querer saber más del tema.
¿Algún proyecto en vistas relacionado con nuestro tema de referencia, con el Exilio Español?
Ahora estoy recogiendo testimonios orales. He vuelto un poco atrás para ver los que no se exiliaron, las familias cuyos seres queridos no se exiliaron pero fueron asesinados. Se quedaron aquí, y también comparando como se está recuperando esta memoria porque también para mi es emotivo ver que los familiares, los nietos de hoy en día son los mismos familiares que de niños se criaron a puerta cerrada con la historia de la abuela, las historias de la madre y a esa niña a la que le contaban cosas y que ya adulta, ya mayor, está luchando para que sí haya fondos de su autonomía para exhumar los restos de su abuelo, más que nada en esos años. No era por lo que estudiaba en la escuela, no era por lo que dijo el gobierno en la transición, no era por la ley de la memoria histórica, ¡no, no, no!, era porque cuando tenía sus diez años empezó a enterarse un poquito por lo que escuchaba a los mayores, típicamente mujeres que contaban (sus historias).
Me interesa no solo lo que les decían cuando era niña, sino cómo nació esa conciencia del trauma familiar y te cuentan: “Me acuerdo del día cuando nació (en mi) esta conciencia del trauma familiar” y (eso que) algunos interlocutores familiares ni querían, ni quieren saber nada. Pero había alguien en la familia que desde siempre (quiso saber).
Al pie de la fosa, la segunda más grande de Andalucía, en Puerto Real, me dijo el nieto: “yo era un niño muy revoltoso, mi madre (ha hija del padre asesinado) me sentaba para castigarme debajo de la máquina de coser”. “Empezaba a hablar a mis hermanas mayores contándoles todo y yo de niño estaba fascinado, a mis hermanos no (les fascinaba), a mi sí”. Ese interlocutor está ahora al pie de la fosa reclamando justicia, verdad y reparación y empezó debajo de una máquina de coser.
Pues esperaremos impacientes a ver qué más descubres.