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LA FUGA DE UN REY

LA FUGA DE UN REY

Como no puede ser de otra manera, desde que se ha conocido el hecho, se están escribiendo artículos y más artículos, tanto en la prensa nacional como en la prensa extranjera. Muchos de ellos recurren a la historia, para concluir que nada es nuevo; la historia se repite. Por otro lado, también tiene la consideración de no noticia por ser algo esperado.

Exponemos una breve reflexión sobre este asunto previamente a aclarar, una vez más, el objeto del debate: el exilio. Nos centraremos solo en algunos aspectos de forma temporal: el pasado, el presente y el futuro.

El pasado; recordaba recientemente el periodista Andrés Gil parafraseando a Valle Inclán “Los españoles han echado al último Borbón, no por rey, sino por ladrón” refiriéndose a Alfonso XIII. Su hijo, Juan de Borbón, no fue nunca rey, sin embargo, acumuló una gran fortuna. A su muerte (1993) legó a sus hijos 1.100 millones de pesetas, en cuentas suizas. Juan Carlos I y sus hermanas no repatriaron el dinero para no levantar sospechas ¿por qué? ¿acaso no era legal ese patrimonio? Hablamos de ese mismo no rey que en su renuncia al trono dijo: “Por España, majestad todo por España”, curiosa forma de entender la patria.

El presente; es una obviedad señalar que Juan Carlos I huye de España por la presión judicial. En su comunicado no reconoce sus equivocaciones, como sí hizo con la cacería de elefantes, no pide perdón. En vista de los resultados, no es que sea muy importante, pero ni siquiera guarda las formas. Llama la atención la manera de confundir lo privado y lo público “Acontecimientos pasados de mi vida privada…” ¿acaso las comisiones, regalos y otras dádivas no las recibía por su papel de rey? ¿Sabe acaso qué es el conflicto de roles? muy estudiado por la Sociología desde hace mucho tiempo. “Trasladarme en estos momentos fuera de España” No explicita si es definitiva su permanencia en el extranjero, puede ir y volver cuando desee. Tampoco indica dónde está o estará; nos quedamos sin palabras. Lo más sangrante es que huye por la apropiación indebida de una gran cantidad de dinero. Tal vez no sepa que en España, esa patria que ama tanto, al cierre de las estadísticas del mes de julio hay 1.18 millones de españoles sometidos a un ERTE, el volumen de desempleados (sin incluir los anteriores) es de 3.773.034 personas, miles de pequeñas empresas han sido cerradas y muchas de ellas con pocas posibilidades de reapertura. Simple dato sin ahondar en lo que Enric Juliana ha descrito muy bien como las cinco crisis simultáneas: la sanitaria, la económica, la de credibilidad de los partidos políticos, la de reputación de la monarquía y la cuestión territorial. Mientras, el escenario más probable es el del rey emérito en el Caribe, que la imaginación de cada uno dibuje cómo lo ve.

El futuro; en un plano inmediato el actual rey debe dar explicaciones, y muchas. Debería emitir un comunicado en televisión a los españoles, a esos a los que se debe y ama tanto, dar cuentas, aclarar lo pasado y lo futuro. De momento ante un acto de tal trascendencia el menosprecio al pueblo soberano es total y absoluto. La prensa ha avanzado que la reina emérita se queda en España, vivirá en palacio y tendrá las mismas funciones que venía desempeñando. Cuesta creer que sea ajena a todo esto, ignoramos si tienen separación de bienes. En cualquier caso es consorte de un rey que ya no es rey, que ya no vive en su país y a pesar de ello ¿tendrá funciones? Se inicia una nueva etapa de loas dando cobertura al actual rey y su madre. Estamos ante lo que en ciencias políticas se conoce como el gatopardismo: cambiar todo para que nada cambie. Ya hay posicionamientos para que todo siga como está, solo cambia la parte superficial de la estructura del poder.

¿Qué es un exilio?

Tomemos el exilio republicano de 1939. Hombres y mujeres, civiles y militares defendieron con todos sus medios la legalidad establecida por las urnas; la democracia de la II República.

Un golpe de Estado acabó con esa democracia después de tres años de lucha. Las personas que se posicionaron en la legalidad republicana fueron perseguidas, encarceladas y fusiladas. Medio millón de españoles se vieron abocados a cruzar la frontera para salvar la vida.

Es sobradamente conocido las circunstancias en que cruzaron los Pirineos; hambre, frío, desolación, tristeza y cuantos calificativos queramos añadir. ¿qué se llevaban al exilio? Con mucha suerte la vida. Pero amaban su patria y, la mayoría de ellos, antes de entrar en tierra extraña cogieron un puñadito de tierra de España. Esa tierra de España tan glosada por los poetas del exilio.

Con mucho talento escribió la historiadora Rosa de Madariaga un artículo titulado EXILIADOS y exiliados. Hacía alusión a algunos independentistas catalanes que se autodenominaban “exiliados” con motivo de su fuga, encabezada por Puigdemont. Aquel escrito fue suscrito y difundido por la asociación de Descendientes del Exilio Español, del cual extraemos un fragmento: “… no podemos dejar de sentir un profundo sentimiento de indignación los que venimos de familias republicanas, muchos de cuyos miembros tuvieron que partir al exilio para no pasar por un pelotón de ejecución, terminar con un tiro en la nuca en la cuneta de una carretera o dar con sus huesos en la cárcel o en campos de trabajos forzados. Equiparar los que huyeron de España con los exiliados del 39, después de la guerra, constituye una falacia, una impostura, amén de una ofensa, un insulto para las familias de los republicanos españoles que tuvieron que abandonar España para no ser víctimas de la sangrienta represión franquista”.

Hoy volvemos a retomar este artículo con motivo de la huida, por otros motivos, de Juan Carlos I, pero con el mismo sustrato que apuntaba entonces Rosa de Madariaga “… puede calificarse de cobardía no asumir sus responsabilidades ni afrontar las consecuencias de sus actos”.

Los exiliados y sus descendientes estamos profundamente indignados por la ligereza del uso de un término con tanto sentimiento, no solo para los afectados por el exilio, sino para cualquier persona de bien. Estamos ofendidos por tanto menosprecio. Nos preguntamos si cada vez que alguien huye de la acción de la justicia se le va a calificar de exiliado.

Terminamos esta reflexión con unas palabras de Max Aub, recientemente ha sido agredida con esvásticas una placa en su honor en la ciudad de Valencia ¿cuándo va a terminar la persecución?

estos que ves ahora deshechos, maltrechos, furiosos, aplastados, sin afeitar, sin lavar, cochinos, sucios, cansados, mordiéndose, hechos un asco, destrozados, son, sin embargo, no lo olvides, hijo, no lo olvides nunca pase lo que pase, son lo mejor de España, los únicos que, de verdad, se han alzado sin nada, con sus manos, contra el fascismo, contra los militares, contra los poderosos, por la sola justicia; cada uno a su modo, a su manera, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero. Estos que ves, españoles rotos, derrotados, hacinados, heridos, soñolientos, medio muertos, esperanzados todavía en escapar, son no lo olvides, lo mejor del mundo. No es hermoso. Pero es lo mejor del mundo. No lo olvides nunca, hijo, no lo olvides”.

La Asociación de Descendientes del Exilio Español exige respeto.

4 de agosto de 2020

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