Miguel Hernández; un exilio imposible
Hace 75 años, un 28 de marzo moría Miguel Hernández, uno de los grandes poetas españoles del siglo XX.
Como escritor su poesía es social y claramente comprometida con los desheredados. Como persona comprometida políticamente se afilió al Partido Comunista en 1936 y defendió la República en distintos frentes; Teruel, Andalucía y Extremadura.
Al finalizar la guerra fue juzgado y condenado a muerte por un delito de Adhesión a la Rebelión previsto en el artículo 238.2º del Código de Justicia Militar del año 1890. Si la causa era totalmente absurda, el juicio estuvo lleno de irregularidades y sin ningún tipo de garantías. Por mediación de varios amigos le conmutaron la pena, pero el poeta estaba sentenciado; en la cárcel, debido a las condiciones inhumanas en las que se hacinaban los presos políticos, la falta de alimentación, las malas condiciones higiénicas y la ausencia de medicamentos todos los días morían presos. Miguel Hernández contrajo una bronquitis, después tifus y finalmente una tuberculosis que le mató, pero el poeta estaba sentenciado antes de enfermar. Tenía 31 años y muchas ganas de vivir. Antes había intentado exiliarse pasando a Portugal desde Huelva, pero en Portugal también había una dictadura fascista y la policía de Salazar lo detuvo y entregó a la guardia civil.